ROCA, SOL Y MAR

Vértigo

La viticultura heroica de Marisa Cuomo se debe a la forma de trabajar sobre esta verticalidad hostil. Una pendiente marcada obliga a que, tanto hogares como viñedos, se trabajen con una geometría perfecta sobre el terreno. Los sinuosos caminos que llevan a todos los puntos o a ningún sitio son la forma de división perfecta para entender cada porción de terreno como un ente único. La orografía del lugar genera vértigo a cada paso que se da, pero ofrece vinos singulares que evocan a un entorno único.

Luz y agua

Los fiordos amalfitanos destacan por la cantidad de luz que reciben. Estrechos pasadizos de agua que generan un contraste de luces y sobras con imágenes muy distintas a cada minuto que pasa en el día. En las laderas que separan el cielo del mar, sus viñedos dibujan, siguiendo distintos sistemas de conducción, el paisaje de este entorno. Y, en ese punto, es donde el agua y el sol se encuentran, marcando una perfecta maduración de la uva junto a la salinidad que el mar Tirreno otorga al carácter de sus vinos.

Los Vinos